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Meningitis: 300 nuevos casos al año y contagio muy rápido
Descripción general
La meningitis es una inflamación de las membranas (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal.
En general, la inflamación de la meningitis provoca síntomas como dolor de cabeza, fiebre y rigidez del cuello.
La mayoría de los casos de meningitis en los Estados Unidos son producto de una infección viral, pero otras causas son las infecciones bacterianas, parasitarias y micóticas. En algunos casos, la meningitis mejora sin tratamiento en algunas semanas. En otros, la enfermedad puede poner en riesgo la vida y requiere tratamiento de emergencia con antibióticos.
Busca atención médica inmediata si sospechas que alguien tiene meningitis. Mediante el tratamiento temprano de la meningitis se pueden evitar complicaciones graves.
Síntomas
Los síntomas iniciales de la meningitis pueden ser similares a la gripe (influenza). Los síntomas pueden manifestarse durante varias horas o durante unos días.
Los signos y síntomas posibles en cualquier persona mayor de 2 años comprenden:
- Fiebre alta repentina
- Rigidez en el cuello
- Dolor de cabeza intenso que parece diferente a lo normal
- Dolor de cabeza con náuseas o vómitos
- Confusión o dificultad para concentrarse
- Convulsiones
- Somnolencia o dificultad para caminar
- Sensibilidad a la luz
- Falta de apetito o sed
- Erupción cutánea (a veces, como en la meningitis meningocócica)
Signos en los recién nacidos
Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar estos signos:
- Fiebre alta
- Llanto constante
- Somnolencia o irritabilidad excesivas
- Inactividad o pereza
- Alimentación deficiente
- Una protuberancia en el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza del bebé
- Rigidez en el cuerpo y cuello del bebé
Puede ser difícil consolar a los bebés con meningitis e incluso pueden llorar más cuando se los carga.
Cuándo consultar al médico
Busca atención médica inmediata si tú o alguien de tu familia tiene síntomas de meningitis, como los siguientes:
- Fiebre
- Dolor de cabeza continuo intenso
- Confusión
- Vómitos
- Rigidez en el cuello
La meningitis bacteriana es grave y puede ser mortal en unos días sin tratamiento antibiótico inmediato. La demora en el tratamiento aumenta el riesgo de daño cerebral permanente o de muerte.
También es importante hablar con tu médico si un familiar o alguien con quien trabajas tiene meningitis. Es posible que debas tomar medicamentos para prevenir contraer la infección.
Causas
Las infecciones virales son la causa más frecuente de la meningitis, seguida de las infecciones bacterianas y, en raras ocasiones, infecciones fúngicas. Debido a que las infecciones bacterianas pueden ser potencialmente mortales, es fundamental identificar la causa.
Meningitis bacteriana
La bacteria que ingresa al torrente sanguíneo y viaja hasta el cerebro y la médula espinal provoca meningitis bacteriana aguda. Sin embargo, también puede presentarse cuando la bacteria invade directamente las meninges. Esto puede deberse a una infección en el oído o a una infección sinusal, a una fractura de cráneo o, en raras ocasiones, puede presentarse luego de algunas cirugías.
Varias cepas de la bacteria pueden causar meningitis bacteriana aguda, las más frecuentes son las siguientes:
- Streptococcus pneumoniae (neumococo). Esta bacteria es la causa más frecuente de meningitis bacteriana en bebés, niños jóvenes y adultos en los Estados Unidos. Con frecuencia provoca neumonía, infecciones en el oído o infecciones sinusales. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.
- Neisseria meningitidis (meningococo). Esta bacteria es otra de las causas principales de la meningitis bacteriana. Esta bacteria suele provocar una infección de las vías respiratorias superiores, pero ocasiona meningitis meningocócica cuando ingresa al torrente sanguíneo. Es una infección muy contagiosa que afecta, en mayor medida, a los adolescentes y adultos jóvenes. Puede provocar epidemias locales en las residencias estudiantiles, pensionados y bases militares. Una vacuna puede ayudar a prevenir esta infección.
- Haemophilus influenzae (hemófilo). La bacteria Haemophilus influenzae tipo b (Hib) fue, en un momento, la principal causa de meningitis bacteriana en niños. Sin embargo, las nuevas vacunas contra la Hib han reducido considerablemente la cantidad de casos de este tipo de meningitis.
- Listeria monocytogenes (listeria). Esta bacteria se puede encontrar en los quesos no pasteurizados, los perros calientes y los embutidos. Las mujeres embarazadas, los recién nacidos, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios debilitados constituyen la población más vulnerable. La listeria puede atravesar la barrera placentaria y la infección en una etapa avanzada del embarazo puede ser mortal para el bebé.
Meningitis viral
Por lo general, la meningitis viral es leve y a menudo desaparece por sí sola. La causa de la mayoría de los casos en los Estados Unidos es un grupo de virus conocidos como «enterovirus», que son más frecuentes a finales del verano y principios del otoño. Los virus como el virus del herpes simple, el VIH, el de las paperas, el virus del Nilo occidental y otros también pueden causar meningitis viral.
Meningitis crónica
La meningitis crónica es producida por organismos de crecimiento lento (como los hongos y la Mycobacterium tuberculosis) que invaden las membranas y el líquido que rodea el cerebro. La meningitis crónica se manifiesta en el plazo de dos semanas o más. Los signos y los síntomas de la meningitis crónica (dolores de cabeza, fiebre, vómitos y pesadez mental) son similares a los de la meningitis aguda.
Meningitis fúngica
La meningitis fúngica es relativamente poco frecuente y causa meningitis crónica. Puede ser similar a la meningitis bacteriana aguda. La meningitis fúngica no se contagia de una persona a otra. La meningitis criptocócica es una forma fúngica frecuente de la enfermedad que afecta a las personas con deficiencias inmunitarias, como el sida. Es potencialmente mortal si no se trata con un medicamento antifúngico.
Otras causas de meningitis
La meningitis también puede aparecer por causas no infecciosas, como reacciones químicas, alergias a medicamentos, algunos tipos de cáncer y enfermedades inflamatorias como la sarcoidosis.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo de la meningitis se incluyen los siguientes:
- Omitir las vacunas. El riesgo aumenta para cualquier persona que no haya completado el programa de vacunación infantil o de adultos recomendado.
- La edad. La mayoría de los casos de meningitis viral ocurren en niños menores de 5 años. La meningitis bacteriana es común en los menores de 20 años.
- Vivir en una residencia comunitaria. Los estudiantes universitarios que viven en dormitorios compartidos, el personal de las bases militares y los niños en internados y centros de cuidado infantil corren un mayor riesgo de contraer meningitis meningocócica. Esto puede deberse a que la bacteria se propaga por vía respiratoria y se propaga rápidamente a través de grandes grupos.
- Embarazo. El embarazo aumenta el riesgo de listeriosis, una infección causada por la bacteria de la listeria, que también puede causar meningitis. La listeriosis aumenta el riesgo de abortos espontáneos, nacimientos de fetos muertos y partos prematuros.
- Sistema inmunitario debilitado. El SIDA, el alcoholismo, la diabetes, el uso de medicamentos inmunosupresores y otros factores que afectan el sistema inmunitario también te vuelven más susceptible a la meningitis. La extirpación del bazo también aumenta el riesgo y cualquier persona que no tenga bazo debe vacunarse para minimizar ese riesgo.
Complicaciones
Las complicaciones de la meningitis pueden ser graves. Cuanto más tiempo pasen tú o tu hijo sin recibir tratamiento para la enfermedad, mayor es el riesgo que corren de sufrir convulsiones y daños neurológicos permanentes, tales como:
- Pérdida de la audición
- Problemas de memoria
- Impedimentos para el aprendizaje
- Daño cerebral
- Problemas de la marcha
- Convulsiones
- Insuficiencia renal
- Choque
- Muerte
Con un tratamiento inmediato, hasta los pacientes con meningitis grave pueden tener una buena recuperación.
Prevención
Las bacterias o virus comunes que pueden causar meningitis pueden transmitirse al toser, estornudar, besar o compartir utensilios para comer, un cepillo de dientes o un cigarrillo.
Estos pasos pueden ayudarte a prevenir la meningitis:
- Lávate las manos. El lavado cuidadoso de las manos ayuda a prevenir la propagación de los gérmenes. Enseña a los niños a lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de comer y después de usar el baño, pasar tiempo en un lugar público con mucha gente o acariciar animales. Muéstrales cómo lavar y enjuagar vigorosamente y minuciosamente sus manos.
- Sigue las prácticas de higiene adecuadas. No compartas bebidas, alimentos, sorbetes, utensilios para comer, bálsamos o cepillos de dientes con nadie más. Enseña a niños y adolescentes a no compartir estos artículos.
- Mantenente sano. Cuida tu sistema inmunitario, descansa lo suficiente, haz ejercicio regularmente y mantén una dieta saludable con muchas frutas frescas, verduras y granos integrales.
- Cubre tu boca. Cuando necesites toser o estornudar, asegúrate de cubrir tu boca y nariz.
- Si estás embarazada, ten cuidado con la comida. Reduce el riesgo de padecer listeriosis al cocinar la carne, inclusive las salchichas y los fiambres a aproximadamente 74 °C (165 °F). Evita los quesos elaborados con leche sin pasteurizar. Elije quesos cuya etiqueta indique claramente que se fabricaron con leche pasteurizada.
Vacunas
Algunas formas de meningitis bacteriana son prevenibles a través de las siguientes vacunas:
- Vacuna contra la haemophilus influenzae tipo B. Los niños de Estados Unidos reciben de esta vacuna de rutina como parte del programa recomendado de vacunas, que se inicia alrededor de los 2 meses de vida. La vacuna también está recomendada para algunos adultos, incluidos aquellos que tienen anemia drepanocítica o sida, y aquellos que no tienen bazo.
- Vacuna antineumocócica conjugada (PCV13). En Estados Unidos, esta vacuna también es parte del programa de vacunación periódica para los niños menores de 2 años. Las dosis adicionales están recomendadas para niños de entre 2 y 5 años que tienen alto riesgo de padecer enfermedad infecciosa neumocócica, incluidos los niños que tienen enfermedad cardíaca o pulmonar crónica, o cáncer.
- Vacuna de polisacárido neumocócico (PPSV23). Los niños más grandes y los adultos que necesitan protección contra la bacteria neumocócica pueden recibir esta vacuna. Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) recomiendan la aplicación de la vacuna PPSV23 a todos los adultos mayores de 65 años, los adultos jóvenes y los niños de más de 2 años que tienen sistemas inmunitarios débiles o enfermedades crónicas, como enfermedad cardíaca, diabetes o anemia drepanocítica, y a todas las personas que no tienen bazo.
- Vacuna del meningococo conjugado. Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) recomiendan que a los niños de entre 11 y 12 años se les administre una única inyección, con un refuerzo a los 16 años. Si la vacuna se administra por primera vez entre los 13 y 15 años, se recomienda aplicar el refuerzo entre los 16 y 18 años. Si la primera inyección se aplica a partir de los 16 años, no es necesario un refuerzo.Esta vacuna también se puede aplicar a niños de entre 2 meses y 10 años, que tienen alto riesgo de padecer meningitis bacteriana o que han estado en contacto con alguien con la enfermedad. También se usa para vacunar a personas sanas que anteriormente no fueron vacunadas y que han estado expuestas a brotes.