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29 enero, 2019Trastorno Disfórico Premenstrual: Síntomas y Tratamiento
Muchas mujeres en sus años reproductivos experimentan cambios físicos y emocionales transitorios en el momento de su período menstrual. Para la mayoría de las mujeres, estos síntomas son leves y tolerables. Sin embargo, para un cierto grupo de mujeres, estos síntomas pueden ser incapacitantes y pueden causar una interrupción significativa en su diario vivir.
Según López-Mato et al. (2000) El 75% de las mujeres en etapa reproductiva presenta variaciones de humor que no precisan conducta terapéutica específica. Pero aquéllas cuyos síntomas les producen discapacidad en el funcionamiento psicosocial requieren diagnóstico y tratamiento temprano ya que esta patología puede invalidarlas en forma intermitente durante un tercio de su vida. (p.193)
El Síndrome premenstrual se refiere a un patrón general de síntomas físicos, emocionales y de comportamiento que ocurren una o dos semanas previas a la menstruación, los cuales remiten con la aparición del período. Este síndrome suele afectar a un 30-80% de las mujeres en edad reproductiva.
Sin embargo una forma más grave de este síndrome es el trastorno disfórico premenstrual (con una prevalencia de en torno al 5%), que se caracteriza por una alteración significativa del estado de ánimo premenstrual, a menudo con una notable reactividad e irritabilidad.
Esta alteración del estado de ánimo da como resultado un marcado deterioro social u ocupacional, con sus efectos más prominentes en el funcionamiento interpersonal.
Síntomas del trastorno disfórico premenstrual
Los primeros síntomas del trastorno disfórico premenstrual aparecen generalmente alrededor de los 20 años de una mujer. Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo, en algunos casos este empeoramiento puede suceder al entrar en la menopausia.
Al momento de diagnosticar y sospechar de un posible trastorno disfórico premenstrual, se deben considerar los principales factores de riesgo ,que incluyen la historia psiquiátrica de un estado de ánimo o trastorno de ansiedad, los antecedentes familiares de desregulación del estado de ánimo premenstrual, el estrés y la edad de la mujer.
Es importante considerar que las enfermedades psiquiátricas como la depresión o los trastornos de ansiedad pueden empeorar durante el período premenstrual y, por lo tanto, pueden imitar al trastorno disfórico premenstrual. Se estima que el 40% de las mujeres que buscan tratamiento para el trastorno disfórico premenstrual en realidad tienen una exacerbación premenstrual de un trastorno del estado de ánimo subyacente.
Los síntomas del estado de ánimo del síndrome disfórico premenstrual están presentes solo durante un período de tiempo específico, característica distintiva con respecto a otros trastornos del estado de ánimo que son variables o constantes a lo largo del tiempo. Con el trastorno disfórico premenstrual, los síntomas del estado de ánimo están presentes solo durante la fase lútea (las últimas dos semanas) del ciclo menstrual.
Además, los síntomas del estado de ánimo de este trastorno no están presentes en ausencia de un ciclo menstrual. Por lo tanto, el trastorno disfórico premenstrual se resuelve durante el embarazo y después de la menopausia, mientras que otros trastornos del estado de ánimo suelen persistir en todos los eventos de la vida reproductiva.
Tratamiento y recomendaciones
Para todas las mujeres con trastorno disfórico premenstrual, se fomenta un estilo de vida saludable, que considera cambios nutricionales, ejercicio físico, y manejo del estrés. Estas modificaciones no tienen riesgos asociados y pueden proporcionar beneficios significativos sobre los síntomas emocionales y físicos del trastorno.
Además, se debe recomendar mantener un registro de estado de ánimo mensual, el cual puede ser informativo e incluso terapéutico para muchas mujeres, al poder identificar la relación entre sus ciclos y los cambios de humor.
El uso de la tabla de ánimo también es útil para anticipar los días en que se puede estar en riesgo de empeorar el estado de ánimo, ayudando tanto a determinar la efectividad del tratamiento como a dar a las mujeres una sensación de control sobre sus síntomas.
En conjunto con el tratamiento médico la terapia psicológica es fundamental, se ha observado una disminución de los efectos negativos de los síntomas premenstruales y su mantenimiento. Existen estudios que aseguran que la terapia cognitivo conductual tiene una eficacia que se puede mantener con el transcurrir del tiempo.
Sin embargo en esta patología la terapia de orientación psicoanalítica tiene mucho para aportar, reflejando un proceso de reflexión que sólo el trabajo analítico permite desplegar.
Para finalizar es importante reflexionar en un punto que mencionan Montero et al. (2004). La salud mental de las mujeres se reconoce cada vez más como el campo de mayor impacto en el bienestar individual, familiar y social. Pero es un campo con un desarrollo aún muy precario a pesar del progreso realizado en las últimas dos décadas, donde ha proliferado un número de estudios de diferente calidad, rigor y pertinencia.
Para consolidarlo es necesario un esfuerzo de colaboración interdisciplinaria que tenga en cuenta la interacción de los diferentes fenómenos implicados: biológicos, ambientales y psicosociales. (p.180)
Referencias bibliográficas
López-Mato, A., Illa, G., Boullosa, O., Márquez, C., Vieitez, A. (2000). Trastorno disfórico premenstrual. Revista chilena de neuro-psiquiatría. 38(3), 187-195
Montero, I., Aparicio, D., Gómez-Beneyto, M., Moreno-Küstner, B., Reneses, B., Usall, J., Vázquez-Barquero, J. (2004). Género y salud mental en un mundo cambiante. Gaceta Sanitaria. 18(1), 175-181
Autor: María José González Psicóloga clínica, titulada de la Universidad Viña del Mar. Licenciada en Educación de la Universidad de Playa Ancha. Diplomatura en Intervenciones en depresión y otros trastornos del ánimo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Diplomatura en Trastornos de la conducta alimentaria de la Sociedad de Terapia Cognitiva Posracionalista.